Simone Biles, la gimnasta estadounidense hoy conocida como la mejor de todos los tiempos con sus cerca de 40 medallas entre Juegos Olímpicos y Campeonatos Mundiales, deja huellas desde París que trascienden sus preseas e impresionantes rutinas.
Sus saltos y giros —desafiantes de la gravedad— no solo representan la cima del esfuerzo físico, sino también una gran historia de resiliencia y valentía. Simone ha enfrentado retos de vida con una mentalidad inspiradora y una determinación que nos enseña importantes lecciones sobre cómo superar la adversidad.
En la década de 2010, Biles fue una de las cientos de víctimas del médico de la Federación de Gimnasia de Estados Unidos, quien aprovechaba la asimetría de poder para abusar sexualmente de las deportistas. Simone se convirtió en defensora de otras sobrevivientes y utilizó su plataforma para visibilizar la importancia de alzar la voz y entrenar, también, la salud mental.
Durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, tomó la difícil y muy valiente decisión de retirarse de varias pruebas para concentrarse en su salud mental. Este acto revolucionario rompió tabúes y desmitificó la noción tradicional de que los atletas deben sacrificar su salud emocional en busca de logros deportivos porque “son fuertes y para eso van a las Olimpiadas". No dio maromas ni vueltas al asunto: su transparencia al hablar de este tema mientras la competencia seguía sentó un precedente de amplio alcance.
En pocas palabras, la suya es una lucha contra los estereotipos. Después de alejarse temporalmente del deporte de alto rendimiento, Simone volvió a París para conquistar la cima deportiva, sin olvidar las lecciones del pasado. Esta semana, tras ganar el oro en All Around Individual, anunció que por la mañana había tomado una sesión de terapia.
Esta honestidad resuena con millones de personas en batalla cotidiana con padecimientos de salud mental tan comunes como la ansiedad o depresión, que de acuerdo con la Organización Mundial, es padecida por el 5 por ciento de la población. Desde si trinchera, Biles nos recuerda la importancia de normalizar la expresión emocional, una idea que compartimos profundamente desde Ola Violeta. Demos el salto… a la salud mental.